El espíritu de la Navidad significa diferentes cosas para diferentes personas. Para algunos, se trata de la calidez de la familia reunida. Para otros, se trata de dar y recibir regalos o la belleza de las luces y adornos navideños. Dado que buscamos operar empresas cristianas basadas en la Biblia, tenemos razón al comenzar con la historia bíblica de la Navidad y hacer la pregunta: “¿Cuál fue el espíritu de la primera Navidad y cómo se relaciona eso con la forma en que opero como líder empresarial? "
Este espíritu era, ante todo, el espíritu de la generosidad. Dios dio a su Hijo. Jesús renunció a su posición y se despojó de sí mismo para convertirse en uno de nosotros. La forma en que vivimos nuestras vidas y llevamos a cabo nuestros negocios con este espíritu tiene mucho más que ver con nuestro corazón que con nuestras acciones. Las acciones ciertamente seguirán, pero solo si el corazón es recto y un corazón generoso sigue el ejemplo de Jesús mismo. La Palabra nos dice que "se despojó a sí mismo y tomó la forma de un siervo". En el espíritu de esta temporada, dejemos de ser el Jefe de Esto o el Director de Aquel y simplemente permitamos que Dios nos muestre a quién debemos servir y qué necesitan de nosotros.
A veces se trata simplemente de tomarse un tiempo para escuchar y estar dispuesto a responder. Un amigo mío, un colega emprendedor, escribió un mensaje desgarrador sobre lo mucho que estaba sufriendo en esta temporada y lo decepcionado de cómo estaba funcionando su vida. Podría haber ignorado su correo electrónico. Simplemente podría haber esperado que alguien más respondiera. Ni siquiera sabía qué decir, pero escribí de todos modos. Espero que haya ayudado, ciertamente me ayudó a saber que no había dejado sin respuesta a su dolor. ¿A quién tienes en tu vida, alrededor de tu negocio o casa, en tu órbita de amigos o conocidos que necesita que te tomes el tiempo para escuchar y responder a sus necesidades? En el espíritu de la temporada, hagamos lo que Jesús hizo y demos generosamente, de corazón, y veamos qué hará Dios con ese regalo.
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- publicado por Randall Sanford